La Paz, Baja California Sur – Una propietaria de una purificadora local ha compartido los retos que enfrenta debido al incremento en el costo del agua que abastece su negocio, situación agravada por el cierre de pozos y la limitada distribución de agua por parte de las autoridades.
“El precio subió el año pasado porque cerraron uno de los pozos que usaban las pipas. Antes pagaba $1,300 por una pipa de 15 mil litros; ahora cuesta $2,500”, explicó la empresaria, quien destacó que este aumento representa un golpe directo a sus ganancias. Además, mencionó que en temporadas de calor llega a necesitar hasta tres pipas a la semana, lo que incrementa sus costos a $7,500.
Pese a los esfuerzos por mantener precios competitivos y consensuados con otras purificadoras cercanas, la empresaria indicó que algunos competidores han optado por subir sus precios de manera unilateral, complicando aún más la situación. Esto se suma a la baja en las ventas durante la temporada invernal, lo que ha llevado a la propietaria a considerar opciones drásticas, como cerrar el negocio, rentar el espacio o incluso vender toda su propiedad. “Estamos viendo qué hacer, pero la situación es insostenible”, expresó con preocupación.
Cuando se le preguntó sobre posibles soluciones, propuso que el gobierno abra más pozos o, al menos, aumente el suministro de agua disponible en los existentes. “Si tienen un solo pozo, está bien, pero que no limiten tanto el agua para que las purificadoras podamos trabajar”, subrayó.
La propietaria también expresó su preocupación por la falta de soluciones a corto plazo y enfatizó el impacto en los usuarios finales, quienes a menudo cuestionan los aumentos en los precios. “Hay gente que entiende que subieron las pipas, pero otros no. La materia prima es más cara, y eso nos afecta a todos”.
Con el incremento en los costos operativos y la falta de apoyo para el sector, la empresaria espera que se tomen medidas para garantizar un suministro más estable y accesible de agua, ya que considera fundamental su trabajo para la comunidad. “Cuando llega un huracán, todos valoran el agua; deberíamos cuidarla y apoyar a quienes la hacen accesible”, concluyó.