Durante su campaña presidencial de 2024, Donald Trump sorprendió a sus seguidores con una parada en un McDonald’s en Pennsylvania, donde se puso a trabajar brevemente en la cocina, preparando papas fritas. Este acto inusual fue una respuesta a un comentario de Kamala Harris sobre su trabajo previo en la cadena de comida rápida, y Trump no perdió la oportunidad para usarlo como parte de su estrategia política en uno de los estados clave para las elecciones.
Al interactuar con los empleados y clientes del McDonald’s, Trump hizo énfasis en su enfoque pro-trabajo, destacando la importancia de la clase trabajadora en su campaña. Este evento buscaba mostrar una imagen cercana a los votantes, apelando a quienes sienten que los políticos tradicionales no entienden sus problemas cotidianos.
Este tipo de apariciones públicas marca un esfuerzo de Trump por conectar con los votantes de una manera menos convencional. Mientras McDonald’s no participó oficialmente en el evento, las imágenes del exmandatario en la cocina del restaurante se volvieron rápidamente virales, ganando gran atención mediática.
La interacción entre Trump y McDonald’s no solo fue un espectáculo, sino una estrategia calculada para movilizar a sus seguidores y resaltar sus propuestas de campaña en un tono accesible y populista, en contraste con sus rivales políticos.
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