Por Metropoli MX
San José del Cabo, Baja California Sur – El espantoso crimen de la doctora de la clínica No. 38 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Ali Jasel “N”, ha generado dos principales hipótesis sobre el posible motivo detrás de este feminicidio, que tuvo lugar en la madrugada del 18 de septiembre en un apartamento ubicado en la calle Tomás Ruiz Villa y Oceanografía, en la colonia Guaymitas de Los Cabos. Estas hipótesis se basan en indicios y evidencias recopilados en la escena del crimen por peritos de la Dirección de Servicios Periciales de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Baja California Sur y han sido reportadas por Metropoli MX el 20 de septiembre de 2023.
Las dos principales hipótesis son las siguientes:
- Posible robo con violencia: Se plantea que el móvil detrás del feminicidio podría ser un robo con violencia.
- Ataque directo por parte de un trabajador del IMSS: La segunda hipótesis sugiere que la doctora de 32 años fue atacada directamente por un trabajador del IMSS, posiblemente obsesionado con ella.
Ambas hipótesis se encuentran actualmente en proceso de investigación y se espera que arrojen resultados en las próximas horas.
Hasta el momento, lo que se ha confirmado es que la doctora, originaria de Santa Rosalía, conocía a él o los presuntos responsables del crimen, ya que no se encontraron signos de violencia en la cerradura de la puerta de madera, que era la entrada principal a su vivienda. Esto sugiere que la víctima voluntariamente permitió el acceso a sus agresores sin sospechar las terribles consecuencias que se desencadenarían.
La escena del crimen reveló que la doctora Suárez, conocida cariñosamente como “Doctora Suárez” por sus colegas, fue atacada en la sala de su apartamento, ya que se encontró un fragmento de uña de color rosa en el suelo de esa área, lo que sugiere que luchó contra sus agresores cuando intentaron abusar sexualmente de ella. Además, se encontró una pequeña mancha de sangre seca en la misma área, probablemente resultado de la ruptura de la uña o algún rasguño.
Las evidencias también muestran que la blusa rosa que la doctora llevaba puesta ese día fue encontrada rasgada a la mitad, lo que indica que los agresores la desnudaron por la fuerza durante el forcejeo. Durante la lucha, la víctima recibió un golpe en el lado derecho de la cabeza con un objeto contundente, lo que resultó en una fractura de aproximadamente 10 centímetros en el cráneo, causando que perdiera el conocimiento.
Aprovechando la inconsciencia de la víctima, los agresores procedieron a asfixiarla hasta su muerte y luego abusaron sexualmente de ella. La autopsia reveló hematomas en el lado izquierdo y derecho del cuello, junto con signos de compresión en la tráquea.
Se encontraron gotas de sangre en el pasillo, lo que sugiere que después de su fallecimiento, la víctima fue trasladada a la recámara y colocada en una maleta. La forma en que fue doblada e introducida en la maleta sugiere que los agresores tenían conocimientos sobre el manejo de cuerpos. Se utilizó una cinta canela, que se encontró en el lugar, para asegurar algunas partes del cuerpo de la víctima. Esto sugiere que los perpetradores podrían ser profesionales médicos, enfermeros o paramédicos.
Además, los criminales limpiaron la escena del crimen para eliminar evidencias, pero estas fueron reveladas durante el proceso de luminiscencia, incluyendo huellas de sangre en una funda de almohada, una esquina del colchón y el suelo.
Según la autopsia, la médica habría fallecido entre 30 y 35 horas antes de ser encontrada muerta en su apartamento. Tras cometer el crimen, los agresores robaron el vehículo de la doctora y utilizaron sus tarjetas bancarias para retirar dinero de un cajero automático. Finalmente, abandonaron el automóvil de la médica en la vía pública.
Esta terrible tragedia sigue siendo objeto de una intensa investigación por parte de las autoridades locales.